Salutaciones,
amados lectores de nuestro humilde blog. Me presento: soy Jacob
Velázquez, el segundo a cargo de la página, y he querido estrenarme
en este ámbito de las reseñas con una novela del género policial
que descubrí este año. Basado en una historia real: A Sangre Fría,
del formidable Truman Capote.
-Sinopsis:
Holcomb,
Kansas. Un pueblo pacífico, tradicional, de bajo perfil, colmado de
buenas relaciones entre los vecinos, y lleno de recursos. Un sitio de
esos donde todos se conocen y se relevan mutuamente de ser necesario,
siendo muy pocas las ocasiones en que tiene lugar un conflicto
mayúsculo. Lo que más destaca, y básicamente el eje de la
historia, es una familia compuesta por cuatro miembros: Herbert
Clutter, padre, hombre sesudo, trabajador y religioso dedicado;
Bonnie, madre, sufriente de ciertos problemas de salud, pero que hace
todo lo posible por anteponerse a ello; Kenyon, hijo, de quince años,
fuerte y seguidor de los pasos de su padre; y Nancy, hija, de dieciséis
años, y un tesoro juvenil para cada chico en el poblado. Se los
conoce por ser el reflejo perfecto del sueño americano, prosperar en
base a la agricultura, y no poseer enemigo alguno.
Toda
esta belleza social culmina una fatídica noche de 1959, cuando
cuatro disparos de escopeta azotan los vientos de Holcomb, cuyo
rumor, aparentemente, no fue oído por nadie, pero sus consecuencias
resonarían el doble. Los Clutter han sido asesinados uno por uno, a
sangre fría. Es evidente que las repercusiones en el pueblo no
podían ser otras que el despertar de una paranoia y desconfianza
mutuas entre los vecinos, quienes, sin comprender por qué ha
sucedido tal siniestro a tan austeras personas, temen por un destino
afín.
Al
mismo tiempo, y lo más peculiar de esta novela en comparación a
otras de su tipo, podemos ver nada más ni nada menos que el punto de
vista de los propios asesinos: el pragmatista Richard 'Dick' Hickock,
y el sentimentalmente poderoso Perry Smith. Lo interesante es que no se los pinta como nosotros mismos imaginaríamos a un maleante, sino que se muestra su lado más humano. Esto, por supuesto, no dejará atrás el lado de la investigación de los detectives. El punto cumbre cuando leemos este libro no es quién ha cometido el crimen, sino por qué.
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